• A profesionistas de distintas áreas, pero con un interés común: indagar y reflexionar sobre cómo la tecnología mejora procesos formativos en todos los ámbitos de la vida.

• Por sus aspiraciones académicas, la generalidad de los alumnos que han transitado este programa se divide en dos grandes grupos:

    1) Quienes por distintas razones quieren diseñar cursos con ayuda de la tecnología y deciden quedarse en la etapa del diseño, pues de momento no ven factible su implementación. Este grupo se titula por proyecto de intervención, pues la modalidad no exige implementar. 

    2) Quienes pueden y quieren poner a prueba los efectos positivos de la tecnologías, o sea, buscan no sólo implementar sus cursos o intervenciones, sino medir su efectividad y comunicar los hallazgos de manera científica. Este grupo se titula por tesis.

Desde luego, y dado el nuevo contexto tras la pandemia por Covid-19, el programa es de especial utilidad para docentes y profesionales en general, pero involucrados en procesos de formación mediados por nuevas tecnologías.

• En 1954, en la VIII Conferencia General de la UNESCO celebrada en Montevideo, representantes de América Latina acordaron la creación del Instituto Latinoamericano de la Cinematografía Educativa.

• En 1956 se concretó su creación mediante un convenio entre la UNESCO y el Gobierno de México, en cuya capital se estableció su Sede.
  
  
• En 1969 cambió su nombre por el de Instituto Latinoamericano de la Comunicación Educativa.

• El 31 de mayo de 1978, 13 países firmaron en la Ciudad de México el tratado con el que el ILCE adquirió la categoría de organismo internacional, con autonomía de gestión, personalidad jurídica y patrimonio propio.
  
  
• En 2020, el ILCE cumple sus primeros 40 años ofreciendo este programa académico enfocado en tecnología educativa.

• Es de los primeros en su tipo en Latinoamérica.

• Inició en 1980, como Especialidad en Comunicación y Tecnologías Educativas. Luego adquirió la categoría de Maestría.

• Durante ese tiempo, ha habido cinco actualizaciones del plan de estudios.

• Actualmente se ofrece el plan 2016, el más reciente.

Hay tres líneas de investigación: “Diagnósticos de necesidades de formación para el diseño de cursos”, “Diseños experimentales de investigación en tecnología educativa” y “Mediciones cualitativas en tecnología educativa”

Como sea, quien elige tesis sabrá cómo hacer un proyecto de intervención bien sustentado, y quien elige proyecto de intervención tendrá las bases metodológicas para escalarlo a una tesis  y así perfilar su trayecto hacia un doctorado. 

Como parte de su filosofía educativa, el modelo de esta maestría alienta los trabajos de tesis, ya que, por muy bien sustentado en un diagnóstico certero de necesidades de formación, el proyecto de intervención se queda justo en eso: en un proyecto que no se realiza durante el trayecto formativo de la maestría.

 La idea es trascender la discusión teórica sobre tecnología educativa, generando testimonios bien documentados sobre cómo la tecnología mejora procesos formativos en las comunidades o centros de trabajo de los estudiantes.

Pese a que no es lo deseable, para casos extraordinarios, donde no se haya podido concluir alguna de las dos modalidades, existe un “Programa de Apoyo a la Titulación” con un costo extra de $15,000.

La mayoría del trabajo es asincrónico en plataforma.

• El modelo de video sesiones en tiempo real del ILCE ofrece al estudiante un espacio de interacción con el especialista, así como una vía de expresión entre pares, lo cual otorga un sentido de pertenencia a un grupo.
  
  
• En las sesiones virtuales en tiempo real se marca el sentido humanista, pues la intención es recuperar dos de las principales bondades de la modalidad presencial: la interacción docente-alumno y la integración entre compañeros, todo mediado por dos apoyos: uno académico y otro tecnológico.

27 mensualidades $3,600.
Para docentes en activo, la mensualidad baja a $3,100.

• Se considera que el precio de $3,600 es ya muy razonable y un apoyo.
• Ante la situación económica adversa derivada de la pandemia por Covid-19, aún se mantiene el precio del año 2016.
• Además, la mensualidad se congela a lo largo del trayecto académico.
• No hay pagos de inscripción ni reinscripción.
• Para acceder al descuento de $3,100, los docentes interesados, ya sean del sector público o privado, entregan dos documentos: constancia de labores y talón de cheques, ambos que amparen su vigencia de los últimos seis meses a la fecha.

Existen posibilidades de reducción por convenios de colaboración con instituciones o grupos de interés específico.

• El proceso de titulación se considera aparte y cuesta $12,500.
• El costo cubre la gestión de los votos aprobatorios, el pago a miembros del sínodo, el acta de examen recepcional, el título físico y el título electrónico.
• Para cubrirlo existen diversas opciones de pago.
• La cédula profesional es ya un trámite personal, pero se provee un folleto de orientación.

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• La Secretaría de Educación Pública no requiere al ILCE un REVOE, pero sí una CLAVE de CARRERA (611591) asociada a una CLAVE DE INSTITUCIÓN (090324) ante la Dirección General de Profesiones.
• El ILCE no se rige por el Acuerdo 279, puesto que éste regula el funcionamiento de las instituciones “particulares”.
• Ya que el ILCE no es una institución privada, por su naturaleza jurídica está dado de alta como un “Organismo Público” con Autonomía de Gestión y Financiamiento “Mixto”, esto con base en el Decreto Publicado en el Diario Oficial de la Federación el 28 de marzo de 1979, por el que los países latinoamericanos restructuran al ILCE.
• Esto faculta al ILCE para que su Consejo Académico sea la entidad que genere, autorice, imparta y actualice planes y programas de estudio, así como emita documentos que los validen, siempre y cuando se someta al visto bueno de la Dirección General de Profesiones, dando de alta las claves y documentando las actualizaciones.